Reparación de refrigeradoras en Quito

Reparar puede ser una buena opción si se cumplen estas condiciones:

• El equipo tiene menos de 10 años de uso continuo.

• La avería es puntual y no se ha repetido antes.

• El costo de la reparación no supera el 50% del valor de una nueva.

• Los repuestos están disponibles localmente sin importar la marca.

• El consumo energético sigue siendo aceptable según la etiqueta de eficiencia.

• La unidad no presenta signos de oxidación interna ni fugas severas.

Reemplazar es lo más conveniente cuando ocurre lo siguiente:

• La refrigeradora tiene más de 15 años de antigüedad.

• Las fallas se presentan de forma continua o afectan múltiples componentes.

• El compresor está dañado y el costo de reparación es elevado.

• El electrodoméstico consume demasiada electricidad en comparación con modelos nuevos.

• Las piezas ya no se consiguen fácilmente en el mercado local.

• El equipo presenta fugas internas, oxidación o ruido excesivo.

Un buen mantenimiento preventivo alarga la vida útil del equipo y evita fallas comunes. Este servicio suele incluir:

• Limpieza de las bobinas del condensador, que mejora la eficiencia y evita sobrecalentamientos.

• Revisión y ajuste de los sellos de la puerta, asegurando un cierre hermético para conservar el frío.

• Control del nivel de refrigerante, para garantizar el enfriamiento adecuado.

• Inspección de conexiones eléctricas y cableado, reduciendo el riesgo de cortocircuitos.

• Revisión de ruidos anómalos o vibraciones, para prevenir daños al compresor o motor.

• Limpieza interna general, eliminando residuos, moho o malos olores.

El precio de una reparación en Quito depende del tipo de daño, la marca de la refrigeradora y si se requieren repuestos. Problemas menores como termostatos defectuosos o filtros tapados pueden costar entre $30 y $60.

En cambio, reparaciones mayores como cambio de compresor o recarga de gas pueden superar los $100. En abmos casos, te recomendamos pedir un diagnóstico técnico antes de autorizar cualquier intervención.

Las reparaciones más comunes, como limpieza de bobinas, ajuste de termostato o reemplazo de sensores, pueden completarse en 1 a 2 horas, si no se requieren repuestos especiales.

Para fallas más complejas como fugas de gas o problemas en el compresor, el trabajo puede tomar entre medio día y 24 horas, dependiendo de la disponibilidad de piezas y la complejidad de la intervención.

Sigue estas recomendaciones para asegurarte de contratar a un profesional confiable:

• Verifica su experiencia específica en refrigeradoras. No todos los técnicos se especializan en este tipo de electrodomésticos. Pregunta directamente si tiene formación o experiencia con la marca y el modelo de tu equipo.

• Consulta opiniones de otros clientes. Si varios usuarios coinciden en destacar puntualidad, transparencia y buenos resultados, es una buena señal.

• Solicita una cotización clara y por escrito. Antes de aceptar el trabajo, pide que se te indique el costo estimado de mano de obra, posibles repuestos y si se cobrará por el diagnóstico. Esto evita sorpresas.

• Pregunta si trabaja con repuestos originales. Un buen técnico debe ofrecer soluciones duraderas. Si se utilizan piezas genéricas o reacondicionadas, es importante que te lo informen y justifiquen su uso.

• Exige garantía por el servicio. Asegúrate de que la reparación tenga garantía, aunque sea por un periodo breve. Esto demuestra seriedad y compromiso con el trabajo realizado.

• Verifica si ofrece atención a domicilio. En Quito, muchos servicios se trasladan hasta tu hogar. Esto es especialmente útil si el refrigerador no puede moverse o presenta problemas de conexión eléctrica.

• Revisa si el técnico está afiliado a una empresa registrada. Aunque también hay técnicos independientes muy buenos, el respaldo de una empresa formal puede facilitar reclamos o seguimientos si algo no sale bien.